Esta imagen que no es fácil de
encontrar en Internet, formó parte de una exposición en el Museo de Arte Moderno
en Ciudad de México (1988) llamada “Real Templo Real”, de Rolando de la Rosa y
que fue motivo de una gran polémica en la época. La exposición y principalmente
la pieza causaron conmoción en algunas “buenas conciencias” e incluso a partir
de la mediatización de las inconformidades llevaron a un sector conservador de
la sociedad a marchar para protestar contra el artista, el curador y el museo.
El punto por el que traigo esta
imagen al ejercicio es porque además de ser un remix iconográfico, es en sí la
contraposición de dos símbolos, que aunque relacionados por una “misma esencia”
(ser mujeres), culturalmente representan dos narrativas diferentes. La
integración de esas narrativas de una manera obvia e incluso hasta burda (por
burdo entiéndase el pegar una cara sobre otra para que se destaquen sus
orígenes distintos y no combinarlas de manera “armónica”) crea una narrativa
integradora y, esa sí, armónica para mi punto de vista, sin embargo, para
algunos creyentes guadalupanos, significó la profanación de un símbolo de
vitrina, es decir, intocable. El símbolo de la madre casta, profanado por la
mujer sensual.
Una mujer mitológica
reinterpretada de cultura en cultura: de la virgen morisca de Extremadura a la
Guadalupe mestiza de la Nueva España, sobrepuesta a una Tonantzin indígena desdibujada.
El rostro de una mitificada por los fabricantes y consumidores de sensualidad
en el siglo XX, una Marilyn con un color de cabello artificial y a su gusto, al
igual que su nombre de fama. La Virgen Marilyn, porta en sí una serie de
doctrinas avasalladoras con cara y manto de mujer. El remix del tiempo, de
idealizaciones, de normas de conducta. Un remix narrativo en el que en su
contra-sentido entraña un poderoso síntoma de la posmodernidad postcolonial.
(Nota: Esta entrada también forma parte
de las actividades de reflexión para el curso “Arte y Cultura en Circulación:Crear y Compartir en Tiempos Digitales”, y se realizó a partir de la segunda
consigna “Las Fronteras del Remix”.)
1 comentario:
Excelente post! Recuerda también que las religiones son mucho más un resultado del remix cultural que doctrinas puras. Muy bien haber notado la importancia de la superposición burda de la cara de Marilyn, marcando una estética de collage y no de fotomonaje, muy necesaria en esta obra.
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