viernes, 23 de julio de 2010

Tonight, Tonight

Para Guille C. Ch.

Esta reflexión la vengo mascando desde hace tiempo, pero tenía que ser escrita esta noche, recién empezando el veintitrés de julio y trata sobre la posibilidad de creer en eso llamado "primera vista".

Cuento, si de matemáticas se trata, con suficientes amigos y amigas, personas que quiero con todo el corazón y con las que llevo años compartiendo camino, sincronizando nuestros tiempos. Esas relaciones son también construidas a fuerza de hábito y convivencia, por todo ese pasado compartido es que puedo decir que les quiero y sé que me quieren.

Sin embargo, he descubierto otra manera de establecer un vínculo de confianza y querencia, en la que el tiempo nunca es tiempo en lo absoluto.

Desde hace ya varias semanas intercambio letras con un grupo de personas con las cuales me siento identificado en términos ideológicos, personas que primero leí y después "conocí", así entrecomillado, porque desconozco aún sus nombres completos o sus comidas favoritas, los espectros que habitan en su cabeza o cualquier otra trivialidad con las que nos gusta asociar la identidad de los otros.

Ellos de mi, desconocen también muchos detalles, incluso dentro de ese pretexto de acercamiento llamado ideología. No conocen por ejemplo, los matices con los que Fidel Castro me influye o seguro tampoco recuerdan ese lunar que tengo junto a la boca.

Estos personajes que en los estándares tradicionales de filiación social son "desconocidos" son mis cofrades a primera vista, la compañía ideal en el proceso de transformación de nuestras realidades en la que nos hemos embarcado, además sin pedir algo a cambio, salvo la acción en compañía.

Luchamos, damos la cara, alzamos la voz, cada quien a su manera y posibilidad, pero eso aunque
lo parezca, no es lo más importante. Lo trascendental para mí es poner mis anhelos de cambio en alguien que lo único que me pide es confiar en reciprocidad, creernos.

Creer, creer en sí, creer que la vida puede cambiar y que no estamos aquí en vano...

Hombro con hombro y en cofradía lo imposible es posible, en una
mirada podemos reconocernos y
acompañarnos, compartir la más sutil de nuestra esperanza y lo más desgarrador de nuestra conciencia. Significa confiar en lo humano,
creer en mí como yo
creo en ti... en esta noche, esta noche tan brillante, esta noche.

1 comentario:

SERBAL dijo...

No supe si lo alcanzaste a leer. Sé que ahora lo ves, porque lo imposible se hace posible.

Un beso.